En la crisis post pandemia que estamos atravesando, la juventud es uno de los grupos etarios mas relegados a la hora de conseguir empleo formal, donde ante la carencia de capacitación y la falta de experiencia previa, la flexibilización laboral aparece como punta clave para entender la situación. En el país se suman los problemas propios de un país en vías de desarrollo, donde terminar la secundaria dentro de la educación común a término muchas veces se torna muy difícil frente a carencias y falta de contención que sufren muchos en sus infancias y adolescencias.
Por otro lado, las empresas que buscan personas para ocupar puestos difícilmente encuentran en perfiles jóvenes lo que necesitan, falta de capacitación, compromiso o “cultura del trabajo” son características que las empresas notan promedio en la juventud, o una flexibilidad horaria o laboral requerida por los mismos para terminar estudios u otras actividades complejiza la situación de contratación.
“La juventud de nuestro país se encuentra en un laberinto donde la pobreza, la baja tasa de terminalidad educativa, la informalidad laboral y el desempleo les están impidiendo construir un proyecto de vida autónomo y en libertad. Esta encuesta demuestra que el título secundario es necesario, pero no suficiente a la hora del primer empleo. Es muy importante entender cuáles son las dificultades de los jóvenes que ingresan al mercado laboral llenos de expectativas y sueños a cumplir, pero se encuentran con serias dificultades”, destacó Marcelo Miniati, director ejecutivo de Cimientos, ONG autora de un análisis sobre este escenario junto a Adecco Argentina.
El informe se llevó a cabo a partir del relevamiento de diversas empresas pequeñas, medianas y grandes y jóvenes (18 a 24 años) egresados recientemente del secundario público. Entre los hallazgos mas importantes se destacan que el 46% de las empresas encuentran difícil encontrar el perfil joven requerido, y la mitad de ellas no tienen programas de contratación para primer empleo. Además, el 83,2% de los jóvenes considera como primer y gran condicionante el requisito de experiencia previa, luego la incompatibilidad horaria con sus estudios o la informalidad del trabajo.